miércoles, 16 de enero de 2019

Lo de los móviles


Recientemente he decidido cambiar de teléfono móvil. Cada vez que tengo que realizar un proceso de toma de decisiones de cierto calibre me bloqueo y no puedo evitar terminar haciéndome preguntas como: ¿Seré normal? ¿Cómo toman las decisiones los demás? ¿Necesito ayuda especializada en forma de antisicóticos y/o terapia electroconvulsiva (por si lo queréis saber, las respuestas a estas preguntas son: no, me la pela y por supuesto que sí. En ese orden).

Y lo peor, es que en el fondo sospecho que la decisión ya está tomada. Tengo la teoría de que nosotros creemos que hacemos las cosas pero realmente es una ficción. Es decir, el cerebro toma las decisiones y las hace, y hay una especie de subproducto de la actividad cerebral que cree que es el que reflexiona y toma las decisiones razonadamente. Quizás esta teoría os haga explotar la cabeza, pero ahora os voy a dejar locos del todo: no es mía. De hecho hay estudios científicos que parecen apoyarla (soy demasiado perezoso para buscar una bibliografía que de todas formas no vais a leer; en cualquier caso, no he visto este Redes porque soy más del concurso ese que forjan espadas para ver cuál es mejor, pero malo será que no lo comenten: http://www.rtve.es/television/20110213/redes-decisiones-son-inconscientes/406109.shtml).

El caso es que esta teoría parece encajar bastante bien con cómo tomo yo mis decisiones. O al menos, algunas de ellas. Obviamente para las decisiones normales (comprar una bicicleta, elegir un vino para la cena, seleccionar pareja para formar una familia… lo que sea), en las que no tengo una opinión previa, hay un algoritmo muy eficaz que consiste en elegir el de en medio. Es decir, tú tienes tres precios. Descartas automáticamente el barato porque seguramente sea muy malo, el caro por ser demasiado y te quedas con el intermedio que piensas que mágicamente será el que tiene mejor relación calidad/precio. Es cierto que antes esto era mucho más sencillo, porque en los comercios lo sabían y normalmente te ponían tres productos de cada cosa para que pudieras elegir (a menudo directamente los de precio medio en el estante que estaba a la altura de los ojos). Actualmente esto no es así -y cada uno tendrá sus propias teorías, pero yo creo que la culpa es de los illuminatti (y no, no voy a ponerme a explicar esta teoría ahora). Ahora hay literalmente cientos de productos para elegir ante cada compra. Sobre este tema hay un libro muy interesante de Barry Schwartz (que no he leído) titulado “La paradoja de la elección” (me temo que está agotado en castellano, pero aquí podéis ver una breve conferencia del autor sobre el tema). El bueno de Barry explica lo complicado que es actualmente tomar decisiones e incluso no solo eso, sino que paradójicamente (de ahí el título) el hecho de tener más opciones nos termina dejando más insatisfechos con la elección final porque ponemos demasiadas expectativas en las ventajas del producto.

Hay otro tipo de decisiones, que son precisamente las que sospecho que toma el cerebro de forma inconsciente y a las que llamaremos ‘contaminadas’. Aquí ves algo que te llama la atención (es decir, que por lo que sea te ha gustado) pero quieres investigar para asegurarte de que tu decisión es racional. Esto es una total pérdida de tiempo, porque realmente te dedicas a buscar información que confirme que ese es el artículo que te interesa. Porque es el mejor, porque se ajusta a tus necesidades, por lo que sea. Se minimizan los posibles defectos y se magnifican enormemente sus virtudes. Al final temo que no exista tal cosa como una “compra razonada”.

La mayoría de gente vive sus vidas de esta forma tomando decisiones no razonadas (o razonadas erróneamente a posteriori) y viven felices sin saberlo. O sabiéndolo pero dándoles igual. Yo tengo tendencia a pensar mucho sobre las cosas (incluso sobrepensar, que es un verbo que no existe en castellano pero que tenemos que importar del inglés, pero ya). Aunque no creo que ese sea el problema. En realidad creo que mi problema es que yo soy una persona enormemente indecisa y de gustos volubles y eso me genera incertidumbre. Porque vale, a mí este teléfono (el que sea, no vamos a señalar ahora) me ha llamado la atención porque me parece mono. Podría comprarlo y ya está, pero ¿me seguirá gustando cuando lo haya comprado, o resultará que inconvenientes en los que no había pensado? ¿Seguirá colmando mis expectativas dentro de un mes, seis meses, dos años? Cuando esté en mi lecho de muerte rodeado de mis seres amados ¿me iré en paz o lo haré atormentado por el arrepentimiento de haberme comprado el teléfono equivocado?

En este estado de cosas, cada vez que tengo que comprar algo me bloqueo totalmente. Pienso “¿será este el mejor artículo posible por el precio que quiero pagar?”. E incluso “¿estará bien, o merecerá la pena pagar algo más para tener una experiencia más satisfactoria?”. Y esto me pasa con cualquier cosa, desde un mp3 acuático (ya sé que la mayoría de vosotros ni siquiera sabéis que tal cosa existe; nadar es muy aburrido ¿vale?) hasta una linterna (por cierto, también tengo que comprar una linterna y el tema de los lúmenes me parece que da para un ensayo; voy a tener que pedir una excedencia del trabajo para hacer todo esto porque me está superando) o, como en este caso, un teléfono (offtopic: ¿recordáis cuando había teléfonos fijos y a los otros les llamábamos móviles? JAJAJA… PUES SOIS VIEJOS).

Todo esto se agrava porque hay un tipo de persona muy odiosa (hace poco se les llamaba cuñados, pero creo que ese término ha pasado de moda; a saber cómo se llaman esta semana) que siempre parecen saber de todo más que tú y comprar cosas mejores y más baratas (hay mala gente en mi entorno cercano que dice que yo soy uno de ellos; tengo un mensaje para esa gente: IRSEN A LA MIERDA). Es decir, tú antes podías solucionar el problema a golpe de talonario (¿todavía se entiende esta expresión? ¿existen al menos los talonarios?) comprando el producto más caro que te pudieras permitir y en paz. ERROR. Ahora si gastas demasiado en algo puedes parecer fácilmente un pringado, a no ser que seas capaz de justificar tu respuesta (aunque sea con argumentos tan peregrinos como “sí, es un poco más caro, pero es que el bluetooth tiene protocolo aptX y claro, eso se paga”).

Pero en realidad creo que estoy poniendo una excusa. A mí realmente me da igual que un cuñado opine que soy tonto si pago por un móvil de marca cuando podría tener uno chino que hace lo mismo. Para empezar, podría discutir filosóficamente (y lo he hecho a menudo durante horas, especialmente después de unas cuantas cervezas) el concepto de “lo mismo”. A lo mejor a alguien le puede parecer que es lo mismo comer un bocadillo en una tasca grasienta que degustar un maravilloso menú en un restaurante con tres estrellas Michelin. Y no voy a negar que a menudo me puede apetecer comer un bocadillo grasiento (siempre que la calidad del bocadillo sea digna, no hablo de esos bocadillos en los que el pan tiene la elasticidad del chicle). Pero si alguien opina que comer es comer y da igual lo que se esté comiendo, no voy a seguir discutiendo este tema con esta persona (e incluso si insiste es posible que le diga lo que me puede comer, si le da lo mismo una cosa que otra).

De todos modos he puesto un caso extremo para explicar mi argumento. Lo cierto es que normalmente la distinción no está tan clara. Hay una inmensa zona gris en la que uno se puede preguntar “¿realmente merece la pena gastar algo más, o estoy tirando el dinero?”. Y entiendo que obviamente esto puede depender mucho de cada persona. Una persona puede pensar que para lo que va a hacer con el teléfono con un gama baja de 150€ tiene más que suficiente, y otra persona puede creer que realmente es necesario gastarse 900 pavos o más en un “flagship”. Y probablemente esa última persona sea la que se encarga de hacer las reseñas en internet (y por cierto, que sepáis que soy fan de los anglicismos como el que más cuando son necesarios, pero en este caso “buque insignia” sirve igual y se entiende perfectamente).

Ah, los analistas. Ese maravilloso mundo. Esa gente que solo se dedica a analizar teléfonos de gama alta (o Premium, que son lo siguiente) y que cuando mencionan teléfonos de menos dinero lo hacen con un aire de condescendencia irritante (“no está mal para lo que vale”). Vamos a ver ¿pero vosotros sabéis lo que vale un teléfono ahora mismo?

Alguno quizás puede pensar que en el mercado de los teléfonos móviles se ha exagerado ligeramente con los precios últimamente. No podéis estar más equivocados. El mercado de los móviles está totalmente descontrolado, se ha perdido el norte. Es el caos, el apocalipsis, el fin de los tiempos. Antes, y no hablo de hace tanto tiempo un teléfono de 500 o 600 euros era carísimo (yo incluso recuerdo un tiempo en el que los teléfonos te los regalaban, pero de eso creo que sí que hace más tiempo; todavía se pagaba en pesetas y por zonas remotas de Cuenca podían verse pastando a los últimos dinosaurios). Actualmente hay teléfonos de 800, 900 e incluso 1000 euros (bueno, en la página de Apple hay algo llamado “iPhone Xs Max” que pone “desde 1.259 €”, pero entiendo que se trata de algún tipo de paquete vacacional, porque un teléfono no puede costar tanto).

Vamos a ver: si yo me gasto 800 pavos en un teléfono, quiero que mejore mi vida sexual. Quiero que la maciza del instituto repentinamente me llame porque se ha acordado de que tenía que haber tenido sexo conmigo e insista en venir a casa a compensarme todos estos años de abandono con un par de amigas. Quiero que la gente me vea más alto, más guapo y exageradamente más inteligente. Y eso con 800 euros. Si yo me gasto 1000 pavazos en un móvil, quiero adquirir superpoderes. Quiero ser capaz de atravesar paredes a puñetazos, poder viajar atrás en el tiempo para poder evitar errores de la humanidad como el nazismo o tele5 y poder volar, aunque sea cortas distancias (no digo yo vuelos transoceánicos, para eso entendería tener que pagar ya 1200). Quiero tener rayos x en los ojos y poder lanzar rayos contra mis enemigos. Cosas así.

Pues lo más gracioso es que te pones a leer reseñas de teléfonos de 900 o mil pavos y ponen cosas como “las fotografías en condiciones de baja luminosidad podrían ser mejores” ¿Qué coño significa eso? Es como decir “el Batmóvil está bien, pero podría ser mejor”. Literalmente TODO podría ser mejor. Hasta Rihanna podría ser mejor (aunque a mí solo se me ocurre mejorarla poniéndole wifi).

Mi pregunta es ¿me merece algún teléfono a mí pagar los putos 900 pavos que cuesta o no? Y el problema es que nadie te puede decir eso. Lo que yo necesitaría es poder ir al futuro, -digamos a dentro de seis meses o un año- y preguntarle a mi yo del futuro si está satisfecho con la experiencia. Pero satisfecho en plan que camine por la calle flotando a un palmo del suelo de puro éxtasis. Porque como me diga “bah, está bien; pero podría ser mejor” ese cabrón se jode y se tira todo ese tiempo con un móvil de 200 pavos. A ver qué opina entonces.

De todas formas, yo tengo una teoría del consumo que se basa en dos puntos y que paso a detallar. A saber:

1)      Que el dinero está bien, pero son mucho mejores las cosas que se pueden obtener con él. Es decir, si me ahorro 200 pavos en un móvil y los dejo en el banco, esos 200 pavos no me están reportando nada de felicidad. Ahora, si esos 200 pavos se convierten en un móvil que haga un café estupendo (que esto no se ha inventado aún, pero yo creo que sería utilísimo) lo mismo me aporta una enorme satisfacción que justifica el gasto. 

2)     Que las cosas se tienen que comprar con las tripas. Algo que compras, especialmente si cuesta un cierto dinero, te tiene que dar un vuelco en el corazón. Y si no lo hace, es que estás gastando demasiado dinero o demasiado poco. Si algo no te hace ilusión ¿para qué lo compras? Si es una simple necesidad pero te hace cero ilusión, mi consejo es gastarte lo mínimo. Si hay algo que te gusta pero no te lo puedes permitir, igual deberías dejar de ser pobre. Prueba a ganar la lotería o accede a tener relaciones sexuales con alguien que te lo pueda pagar. No digo que sea algo que yo haría, pero creo que a mucha gente le funciona. Es broma. Quería decir que lo mismo te merece la pena ahorrar algo más hasta que te llegue. Quizás eliminando gastos superfluos como comida o calefacción. Perdón, es broma otra vez. Aparentemente no puedo dejar de hacerlo.

3)      He dicho dos puntos ¿Es que no estáis prestando atención?

Bueno pues con esto creo que ya estaría, porque veo que me estoy alargando. Ah, sí. Supongo que queréis saber qué móvil me he pillado al final. Pues vais a tener que esperar al siguiente post.

viernes, 2 de marzo de 2018

Hablar es gratis

He descubierto el principal problema de la humanidad, y es que hablar es gratis. Pero por desgracia, eso no es todo. Para la mayoría de la gente, su tema de conversación favorito son ellos mismos. Esto no sería un gran problema si la gente fuera, no sé, Bertrand Russell. Alexander von Humboldt. Amelia Earhart. Joder, a poco que fueras road manager de un grupo de metal de los ochenta, seguramente me pueda tirar horas escuchando tus mierdas. Pero claro, la mayoría de gente lo de ser interesante lo hace regular tirando a mal. Y ojo, no digo que yo sea mejor en esto (que lo soy, pero la modestia me impide decirlo) lo que pasa es que a mí me parece de una vanidad imperdonable suponer que soy tan interesante como para colapsar una conversación a no ser que mi interlocutor así lo desee. Que esta es otra, a la gente normal, lo de leer señales en el interlocutor se le da regular tirando a de puta pena. Es por esto que si te encuentras con alguien, lo normal es que te cuente las capacidades de su niño de 6 años (que a mí si no es capaz de atravesar paredes o lanzar bolas de fuego probablemente no me impresiones con esto) de su gato (ALERTA DE SPOILER: ES UN GATO, NI SIQUIERA LE IMPORTA QUE ESTÉS AHÍ MIENTRAS TENGA COMIDA Y UN SITIO DONDE DORMIR) o las suyas propias (estos son los peores porque sus capacidades en la mayoría de los casos son imaginarias o han sido evaluadas de una manera muy condescendiente).

Es por esto que he dominado el arte de la conversación de perfil bajo. Este tipo de conversación de que no es necesario escuchar, es suficiente con interpretar el tipo de respuesta que tienes que dar por la expresión facial del interlocutor. El truco está en ver si el hablante está a favor de lo que cuenta, entonces hay que contestar asintiendo ("sí, claro") está en contra ("no, por supuesto") y en qué medida (desde "poco" a "salgamos con antorchas a quemar algo").  Incluso en las pocas ocasiones que te puedes perder, he descubierto que como la mayoría de la gente piensa que lo que dice es superinteresante, suele ser suficiente con abrir mucho los ojos y decir "¿En serio?".

Obviamente no tendría problemas para perderme si escuchara, pero es que antes lo hacía y me veía obligado a escuchar unas tonterías tremendas. Además, descubrí que a la gente no le gustaba que la corrigieran. Es decir, alguien puede decir que está genial desde que descubrió el reiki, que nunca llegamos a la luna o que el ser humano es el único animal que sigue tomando leche de adulto (que ahí confieso que no me pude contener y dije "bueno, y que lleva zapatos; nos diferenciamos del resto en al menos dos cosas") que te tienes que quedar ahí aguantando y asintiendo. Porque al parecer la gente lleva mal que le lleven la contraria y por muy equivocados que estén no puedes tratar de convencerles. Al parecer si tratas de llevar razón es que eres muy discutidor. No que hayas leído más o que tengas una opinión más informada. Eres discutidor. Como si todo fuera cuestión de opiniones ¿sabes?

En una conversación reciente alguien me hizo notar (es posible que fuera cuando, quizás demasiado vehementemente, le hice notar a mi interlocutor que sus argumentos eran "una soberana gilipollez") que en la mayoría de conversaciones educadas nadie escucha a nadie. En la mayoría de los casos, ni siquiera hablan de lo mismo. Cada uno dice su mierda, deja una pausa para que hable el otro y sigue con lo siguiente que quiere decir. Es como una especie de ballet. Dos monólogos encadenados sincronizados para dar la falsa impresión de conversación a cualquier observador. Debo reconocer que a pesar de que me considero una persona intuitiva no había reparado en este fenómeno. LA CONVERSACIÓN ES COSA DEL PASADO, AMIGOS, LA TENDENCIA AHORA SON LOS MONÓLOGOS ENCADENADOS.

Así que hacedme caso, no escuchéis a la gente: no dicen más que tonterías. Y si os apetece mucho contar vuestras mierdas, hacedme un favor: abríos un blog.

lunes, 6 de febrero de 2017

Lo de los Goya

Ante el interés generado por la gala de los Goya, creo que no me queda más remedio que hacer el clásico post comentándola y sobre todo hablando de la alfombra roja. Bueno, pues adelante con mi análisis:

Iban todas y todos estupendos y que la gente se ponga lo que le de la gana, que me teníais que ver a mí ahora escribiendo esto en chándal y  el pijama debajo, como para dar lecciones de estilo estoy yo ¿sabes o qué?

Qué. Que no cuela ¿no? Bueno, pues vamos a meternos con la gente de una manera absurda.

(Nota: casi todas las imágenes están sacadas de la web de El Mundo, que me da mucha rabia porque obliga a desconectar el bloqueador de publicidad, pero es donde he visto más fotos. Pero vamos, si alguien no quiere veras allí, puede buscar a la gente en google).

En primer lugar, sobre la gala tengo que decir que estuvo regular, que el humor era flojito y que qué necesidad de poner números musicales, que en España ya se sabe que es una cosa que no se nos da bien. Ah bueno, y que ya está bien con los discursos de la gente, que me parece genial que te den un Goya, pero que nos tengas cinco minutos escuchando como recitas a todos los miembros de tu familia ,me parece abusar; y más si no sé quién eres.

No ví la gala, me gustaría aclarar esto. Pero vamos, me la juego que todo fue como digo. Ah, y que ya está bien de meterse con el pobre Dani Rovira, que es un chaval muy válido y hace lo que puede con el material que le dan. También te digo que probablemente si aquí se pagara a los guionistas como en Hollywood, seguramente tendríamos una gala un poquito más digna. Y bueno, que está claro que a todos nos gusta el humor transgresor de Louis C.K. o Ricky Gervais (al menos a todos los de twitter, pon una serie suya en España en prime time si tienes huevos), pero hay que hacer una gala que pueda ver mi madre ¿esto lo entendemos todos o qué? No, es que lees los comentarios de la gente y parece que quieran que la gala la guionice Andy Kaufman, sin tener en cuenta que entonces igual le gustaba a tres sólo (por no mencionar que está un poco muerto, lo que puede que dificulte un poco el tema de contratarlo).

Dicho esto, a por los vestidos.

Ah, se me olvida comentar que yo no veo mucho cine español, por lo que quizás no sea la persona indicada para hacer este análisis, pero es que este años a Molinos no le viene bien por lo que sea ¿vale? Ah, tampoco tengo ni puñetera idea de moda. Avisados estáis.

Paz Vega monísima como siempre, con un modelito completamente de mamarracha. Que tiene mérito, también te digo.


Me parece de justicia empezar con Paz Vega. En serio, ¿esta chica qué representante tiene? Lo digo porque yo igual no la he visto actuar desde "El otro lado de la cama" (que lo mismo es fallo mío, pero he mirado en la wikipedia y me parece que menos una de Almodóvar, no me suena nada de lo que ha hecho). Pues ahí la tienes todos los años la primera. ¿Que posa muy bien y sale monísima siempre? Pues mira, sí. Ahora, que tiene tendencia a vestir un poco como una mamarracha, también te lo digo. Pero bueno, teniendo en cuenta su rol de "tengo que llamar la atención porque si no, no salgo en la foto porque no he hecho nada desde que las teles eran de tubo" pues la veo bien. Graciosa y tal.

En segundo lugar, Penélope Cruz. Tengo que decir que yo no he sido fan nunca, lo que automáticamente me convierte en hater casi (es que sinceramente, no entiendo qué le ve la gente). Dicho esto, me parece que ha envejecido mucho mejor Ana Belén que ella (que seguramente tenga no sé, veinte años más, a lo mejor). Pero es que claro, todo el mundo no puede ser Ana Belén, (que iba estupenda a pesar del floripondio ese raro en el pecho; la falda de gasa un pelín cursi para mi gusto, pero nada más). Yo a Pe la ví rara (odio esta abreviatura, pero es que el nombre completo tampoco me gusta). El maquillaje no la favorecía, o el pelo, o las operaciones (que no sé si se ha hecho, la verdad) o el vestido esa que estaba pidiendo a gritos un mafioso al lado con una Thompson y un sombrero de ala ancha. Pero vamos, es mi opinión nada más. Al que le guste, que la compre.

De Bárbara Lennie he leído comentar que tuvo la suerte de llevar un vestido de Gucci y yo no sé si hubiera preferido llevar eso o que me cayera un piano de cola en la cabeza. Hay que decir que el maquillaje, el pelo y posar con cara de "lo que me gustaría a mí estar en cualquier otro sito ahora mismo" tampoco ayudaban. Pero vamos, el vestido me parece horrendo. Y mira que tiene que ser difícil estropear a una chica así de mona.

También he leído lo bien que iba Nieves Álvarez y lo mismo es que tampoco soy fan, pero yo encuentro que el vestido era un despropósito. Que vale, haces un vestido negro y ceñido, y se lo pones a una tía con un tipo así, y ya te lo tienes que currar para que no quede bien. Pues a mí me parece que no. Pero oye, si ella se veía bien, por mí fabuloso.

A Toni Acosta me la he encontrado en listas de bien y de mal. Yo mismo no sabría decir. Me parece que eso que llevaba (no sé como llamarlo) no era para una gala de los Goya (y menos en amarillo). Ahora, lo mismo ha inventado algo y crea tendencia. Desde luego más cómodo que lo que llevaban la mayoría, sí que parecía.

Con Michelle Jenner no sé qué pasaba pero tampoco la ví acertada. Y mira que esta chica es un ángel, pero no sé. Claro, yo no entiendo y no puedo decir si es el maquillaje, el vestido, el peinado o qué (seguramente las tres cosas). Y mira que a priori el vestido diría que es una cosa fina, pero por lo que sea, no. Claro que también posa con cara de "con lo bien que estaría yo viendo esto desde casa comiendo unas palomitas", que a lo mejor no favorece. Lo mismo es tendencia posar así y yo no lo sé.

Leticia Dolera, por el contrario, posa con un vestido de mamarracha total (yo al menos esos estampados de flores y pajaritos y esas mangas no los veo) y sale estupenda. No sé de qué depende esto. Magia, a lo mejor.

Mar Saura es otra de esas que no sé por qué salen, y que también la encuentro que está rara. Yo creo que se ponen tanto bótox y se tocan tanto, que al final se estropean. Ahora, de tipo está estupenda. Y claro, le pones un vestido de burbuja Freixenet, y la chica luce. Personalmente encuentro que esos brillos son un horror, pero vamos. A ella seguramente le queden mejor que a mí, también te digo.

Sobre Aldo Comas (sí, para los tíos algo va a haber) yo creo que él sabe que su misión en el mundo es distraer la mirada de Macarena Gómez y lo hace a la perfección. Lo que la tiene que querer ese hombre para ir así con ella. Pero claro, es que en cuanto la deja sola, te das cuenta de que ella es un espantajo horroroso (y mira que yo creo que esta chica no estaba tan mal, pero claro, entre garrula que viste y que se ha quedado como un bicho palo, no hay quien la mire). O sea, que muy bien por él. Va como una mamarracha, pero oye. Además, ya nos hemos acostumbrado. El día que se ponga un Armani yo no lo voy a ver bien. Si acaso decirle que si te vas a poner unos pantalones que te quedan cortos, lo suyo es ponerse unos zapatos bonitos y unos calcetines. Pero oye, lo mismo soy yo, que soy una antigua.

De Amaia Salamanca decir que sólo salió guapa en las fotos del Hola (que hace fotos en su estudio y claro, tienen ventaja; de todas formas no sé por qué, en todos los medios han jugado a coger la foto desde otro ángulo que no es hacia el que posa, y me parece que le han hecho un flaco favor*). Otra chica preciosa que se está estropeando a base de adelgazar. Bueno, ella verá. Y lo de posar con cara de mala leche, que también. De todas formas, no creo que el maquillaje jugara a su favor (otra de las tónicas de este año) si bien es cierto que con ese vestido estaba espectacular y en directo tenía que dar miedo. De guapa y de madrastra de Blancanieves un poco. Las dos cosas.

*Nunca mejor dicho lo de flaco, porque está en los huesos.

Natalia de Molina es otra de esas chicas preciosas, que llevan un vestido que no ¿Color carne? ¿En serio? Yo creo que se le olvidó ponerse el vestido y lo que vemos es la combinación de debajo. Otra explicación no le veo.

De Paula Echevarría comentar que no soy muy fan tampoco, y es raro porque la veo guapísima. Yo creo que le he cogido tirria a base de verla actuar (o bueno, como queramos llamar a eso que hace ella, que ahí no voy a entrar). De todas formas no creo que ese vestido a lo Jessica Rabit con sobredosis de gasa fuera acertado. Y mira que es difícil ir mal con un vestido rojo y con trasparencias. Pues lo consiguió.

Me váis a perdonar, pero no sé quién es Cristina Brondo. Y de verdad qué lástima no saberlo, porque madremía esta chica. Qué salud, qué cosa más bien hecha. Ahora, el vestido, pues bueno. Un poco una pena. Enseña, enseña cacha, que esto no hay otra forma de arreglarlo.

Igual soy la única persona de la zona euro a la que le hace gracia Alexandra Jiménez. Yo la veo hasta guapa. Yo. Ahora, no arriesguemos poniéndonos mierdas, también te digo mona ¿De qué iba, de hada del bosque? Madremía.

No voy a tomar nada, gracias. Bueno, tráeme una coca-cola mientras espero. Zero, gracias. Bueno ¿por dónde iba? Ah, sí. Sigo.

Otra que no sabía quién era. Matadme, por favor ¿Quién es esta Ingrid García Jonsson? La pongo de alerta en google ahora mismo. Madremía, pero madre mía. Qué cosa más bonita de ver. Me quedaba aquí todo el día. No puedo comentar nada más, lo siento.

Eduardo Casanova decidió ir de Ken Brillos. Por sus cosas de Eduardo Casanova ¿Quienes somos nosotros para juzgar? Yo nadie, desde luego. Muy bien, bonito. Sigue así, vas estupendo. Yo me hubiera un poco de barniz en la cara para brillar bien, lo único. Y purpurina. Mucha purpurina.

Aura Garrido va de un cruce de Morticia Addams y Miércoles. Y yo la veo genial, ojo. Para halloween. Para unos Goya, a lo mejor, no. Ahora, a mí me viene a casa en un chándal de táctel con manchas de ketchup de un mes y la dejo pasar, también te digo. Cosas que tiene ser Aura Garrido, claro.

Leonor Watling venía de la piscina y no le ha dado tiempo a peinarse. Ni una pega, a Leonor Watling la dejaba pasar a casa igual que Aura Garrido o peor. Por lo demás, oye, yo la veo fabulosa. Claro, que aquí no creo que sea objetivo, eso vaya por delante. Pero vamos, yo la ponía así encima de la tele para adorarla. O en un altar, con velitas. Lo que sea.

Juana Acosta es otra que se está consumiendo. Quien tuvo retuvo, claro. Pero le quedan diez minutos para ser la mala de 101 dálmatas. Cinco, si me apuras. Ahora, fabulosa. Encuentro un poco aburrido el vestido, pero no le pongo un pero. Que le cambiéis el líquido de las lentillas, lo único. Que este parece que le escuece.

Que no quiero nada, coño. Que ya le he pedido una coca cola a un compañero tuyo. De verdad, muy amables los camareros de esta gala, pero un pelín pesados.

Anne Igartiburu guapísima. La he visto un poco desmejorada últimamente, pero aquí estupenda. Un poco de nochevieja, igual. Pero yo creo que para Anne Igartiburu es nochevieja todo el rato. En mi cabeza, al menos. Bueno, en la suya parece que también.

Macarena García elegantísima, guapísima y finísima. El menos es más personificado. No me gusta mucho el color, pero ya por poner pegas a lo loco. Esto va de eso ¿no?

Clara, ¿qué te has puesto? Mira que esta chica está estupenda con lo que se ponga. ¿A qué juegan los diseñadores, a hacer daño? Sale ganando ella al vestido, pero por una cabeza sólo, no te creas.

AH, casi se me olvida comentar lo de Manuela Vellés. Ideal. Para el remake de Blade Runner. No, en serio. Un pelín atrevida igual. Pero vamos, que me la aparten, que me la quedo. Qué guapa que es esta chica, Dios. No, y que con esa percha, le pintas el vestido encima y te vale igual. Porque era pintado ¿no? Bueno, yo lo veo fabuloso.

Elena Ballesteros, estaba de dama de honor en la boda de una amiga y se ha pasado a hacerse una foto. Qué mona que va esta chica siempre, también ¿verdad? Qué pena lo de Dani Mateo, la buena pareja que hacían.

Hiba Abouk va preciosa, pero porque es Hiba Abouk y así cualquiera. No porque el vestido se esfuerce lo más mínimo. Bueno, ni ella por sonreir. Que parece que las obligan a todas a ir. Chica, si no te apetece no vengas, para ir con mala cara, no ¿eh?

Mira, un camarero de fantasía. Pues este lo veo gracioso, fijate.

Coño, un actor. Ya era hora de que pasara uno. Con su chaqueta, su corbata... pues bueno, como tiene que ir un señor ¿no? Tampoco le vas a pedir más. ¿Este dónde salía, en El Comisario, puede ser? Me suena un montón.

Belén López no la conocía tampoco, pero que me la aparten también. No, el vestido no me gusta nada, pero me da lo mismo. Arrr. Me la como.

Anda, el maître. Oye, mira a ver que he pedido una coca-cola hace media hora y no hay manera. A ver si no queda zero o algo. Traeme cerveza, si no.

Mira, este sí. Si es que claro ¿habiendo Armani, para qué os ponéis otras mierdas? Otro que está de mala leche porque no quería venir, también te digo.


5mentarios


Miriam Giovanelli. Guapísima. Horrenda. Pobre.

Antonia San Juan. Otra que se está consumiendo. Muy elegante disfrazada de Gwyneth Paltrow. Explotaba la cabeza un poco de mirarla, también te digo. Parece que han pegado esa cabeza en el cuerpo de otra persona.

María León con una bata de fiesta porque se ve que no le dio tiempo a mirarse nada, pobre. ¿Por qué posará con cara de susto siempre, qué le pasará a esta chica?

A Emma Suarez no la voy ni a lincar porque me parece que no se lo merece. Con ese vestido con sanguijuelas brillantes sobre fondo de marrón diarrea. Pobre, con lo guapa que era esta chica. Nada,
que paso. No insistáis.

De Aitana Sánchez Gijón tampoco voy a comentar nada por motivos similares. Madre mía, con lo que ha sido esta chica. Por cierto ¿es cosa mía o se ha puesto de moda ir como disfrazado para una fiesta medieval. Madre mía, los brillos. Y las mangas. Y la falda. No sé, todo.

Cristina Rodríguez, que seas estilista no te da carta blanca para ir como una mamarracha, que lo sepas. Ya puede ser buena, yo no la contrataba así fuera la única que hubiera disponible. Ponía a todos de chándal antes.

Natalia Sánchez: hazme caso y pide a google que quite tus fotos de internet. De la gala, al menos. En serio, me lo agradecerás. (¿Soy yo, o a esta chica se le está poniendo un poco cara de infanta?)

Candela Peña. No, en serio. No voy a decir nada. Es que no sabría por dónde empezar.

Belén Cuesta, pobrecita mía. Está de paguita.

Silvia Abascal. No, en serio: qué. (Por cierto ¿esta chica no era guapa? A mí no me mareéis, que me pierdo; Igual la estoy confundiendo con alguien, también puede ser ¿Es familia, de Nati Abascal, por cierto? Igual me debería documentar para estas cosas).

Y bueno, ya paro porque me va a quedar largo. Lo de Anabel Alonso ni lo comentamos. Para qué.

Lo mismo os parece que he hablado más de mujeres que de hombres (nah...). Asumamos que los hombres van a esta gala para que las chicas no tengan que ir solas y tener alguien que les aguante el bolso mientran van al baño. Pero vamos, si digo que horrorosos todos, tampoco creo que me equivoque mucho. Si es que los hombres ya no saben llevar traje, que ya lo decía Moli...

Nota: en este post he usado la palabra 'mamarracha' cinco veces (sin contar esta, claro). Pocas me parecen, la verdad...


jueves, 26 de enero de 2017

Sobre el efecto de la belleza en la psique humana

Voy a decir algo muy polémico: la belleza extrema vuelve locas a las mujeres. Y ahora lo voy a matizar: vale, igual no sólo a las mujeres, pero el campo que yo conozco más es este. Y bueno, es posible que en realidad no sea la belleza extrema, sino creerse muy guapas. Por motivos muy misteriosos (pero mucho) hay mujeres cuyo nivel de belleza es regular, tirando a cardo, y también se creen muy guapas. Este tipo de mujeres son todavía peor, porque están locas doblemente: 1, por creer que son guapas (volver a la tesis anterior) y 2, por vivir fuera de la realidad (de ahí a escuchar voces y quemar cosas, hay un paso).

Antes de seguir, me gustaría aclarar que no pretendo que esta entrada sea sexista. Todos los puntos aquí explicados es posible que puedan ser aplicados igualmente a los hombres (ignoro si de una manera equivalente, o con características propias), pero como ya he dicho, este es el campo que conozco más. Invito a mis lectoras (o lectores) que lo deseen a escribir sus propias experiencias sobre lo locos que vuelve a los hombres la belleza extrema (la suya, no la de las mujeres; que ese sería tema para otro ensayo). Eso sí, ya cada uno en sus respectivos blogs, a ver si os pensáis que esto es un tablón de anuncos. No hombre, no.

Y voy con el tema. Siempre se ha dicho, temo que no descubro nada aquí, que las guapas son tontas. También se dice, aunque es cierto que esto más bien en tono bajito y entre dientes, que son un poco perras. Mi teoría es que estas cosas, no sólo son ciertas, sino que son una necesidad biológica. Y me explico.

Supongo que todos sabréis, que la vida es básicamente una lucha por perpetuar los genes. El objetivo de cada ser vivo es, básicamente, transmitir su carga genética a una nueva generación. Para esto, la evolución ha dotado a los animales de las más variadas estrategias: colores brillantes, bailes elaborados, hermosos cantos, colas largas*... etcétera. En la lucha por perpetuarse, la mayoría de individuos han desarrollado sus propias estrategias para resultar los vencedores en la carrera de la reproducción.

*EJEM. Hablo de pájaros. Concretamente del macho del pájaro viuda africano. Al parecer las hembras prefieren los machos de cola larga, lo que ha hecho que ésta se haga, en concreto durante la época de la reproducción, ciertamente enorme (EJEM).

Esto, por supuesto, se da en los individuos que necesitan hacer algo para aparearse. Si por el motivo que sea (escasez de competencia, atributos llamativos, tener un Mercedes SLS... lo que sea) el individuo no requiere hacer nada, pues no lo hará. Total, sería gastar energía tontamente ¿no? La naturaleza es sabia, amigos. No derrocha recursos innecesariamente.

Trasladado el caso a la especie humana, tenemos que los individuos que se saben menos atractivos físicamente (que se sabe, porque esto se sabe desde bien chiquito, por mucho que los adultos traten de decir que todos los niños son guapos; que si los actores españoles son malos en general, la gente de la calle, ni te cuento) deben desarrollar otras capacidades para compensar esto. Es decir, la simpatía, es sentido del humor, la bondad de corazón, una gran inteligencia para ser capaz de ganar mucho dinero... en fin, hay un abanico de posibilidades. ¿Necesita un tigre contar buenos chistes para reproducirse? Obviamente no, ya tiene un físico espectacular que atrae a las hembras. ¿Necesita una reina de la belleza ser lista, simpática y/o agradable con la gente? Os dejo que respondáis vosotros mismos a esta pregunta.

Es por esto, que cuando se dice de alguien que "es muy simpático(/a)" no se trata de un eufemismo para decir que no es físicamente agradable de ver. Seguramente sea cierto. Ahora, implica casi con absoluta certeza lo otro también. De todos modos no quiero que se entienda que lo que digo es una ley con un 100% de correlación. Es decir, la estadística permite desviaciones de la norma.

Recuerdo en cierta ocasión, que un becario del trabajo me comentaba que tenía una compañera de clase que era no sólo guapísima sino lista y simpática, además de muy agradable en el trato, y se admiraba sobre este hecho. No pude más que contestarle "supongo que eres consciente que para que haya gente como ella, tiene que haber también gente como tú; es una cuestión de equilibrio universal" (el becario no se tomó bien el comentario, entiendo que por falta de los conocimientos necesarios para apreciar la sabiduría que le estaba regalando). Es decir, todos hemos conocido a feos antipáticos, incluso tontos. Es verdad que parece una mala jugada de la genética, y tendemos a pensar que cuando la naturaleza nos da una discapacidad en un campo, lo compensa dándonos alguna otra característica que lo contrapesa, como si fuéramos personajes de un videojuego ("Coge el mago, que tiene menos resistencia, pero sus ataques de magia son más fuertes"). Amigos, pero cuánto daño ha hecho la industria audiovisual. ¿Habéis visto a muchos ciegos con superpoderes por ahí combatiendo el crimen? Me temo que la naturaleza no tiene la más mínima intención de ser justa ni compensar nada. Si naces feo y tonto, pues te jodes. Y si además estás gordo y corres menos, al menos valdrás para alimento de depredadores. Que aquí no se tira nada.

¿Significa esto que las grandes bellezas que vemos en la televisión y las revistas no sean simpáticas y agradables con la gente? Pues bien, seguramente cuando se encuentren en su ambiente y tengan que competir por un actor/futbolista/dueño de escudería de fórmula uno, sí claro. Es posible que incluso algunas logren ser ingeniosas (ese mundo es muy competitivo). Ahora, si vas tú a decirles lo guapas que te parecen y a pedirles un selfie, lo más probable es que te escupan a la cara. Y lo veo normal, vamos.

Supongo que todos (/as) os estaréis preguntando por mi nivel de atractivo físico, dado que de mi gran inteligencia, ingenio y sentido del humor ya sois conscientes. Pues bien, temo que yo soy otra de esas anomalías estadísticas, y mi físico rivaliza con mi gran inteligencia, si no la supera directamente. Lamentablemente (ay) este desequilibrio de mente brillante/físico deslumbrante me ha hecho sentirme por encima de la humanidad, y la cima es un lugar solitario. Es esta soledad la que ha hecho de mi carácter algo, digamos, difícil de manejar. Qué puedo decir. Supongo que la naturaleza en mi caso ha tratado de hacer una excepción para no dejar al resto de machos sin ninguna oportunidad.

En la imagen, ejemplar de Viuda africano (Vidua paradisaea) en la época de cría. ¿A que tiene una cola larga? Pues bien, me han mandado unas fotos de un negro por guasap, que debe tener parentesco, porque madre mía. No, esas no puedo ponerlas, que dice el mono de la documentación que no le parecen decorosas. Él, que va sin pantalones todo el día ¿sabes? Ains...


Por supuesto, todo lo expuesto anteriormente tiene excepciones. El hecho de leer este blog, suele ser un indicador de inteligencia elevada, y mi experiencia me ha demostrado que la mayoría de lectores (/as) tienen unos niveles altísimo de belleza y bondad, así que entiendo que nadie se debe sentir aludido por todo lo expuesto aquí. En cualquier caso si alguien se siente molesto, puede mandar sus quejas a meimportaunamierda.estadireccionesfalsa@quetedenqueteden2veces.com. Y por favor, no escatiméis detalles, me interesa mucho todo lo que podáis contarme sobre este tema. Gracias.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Sobre la conducción autónoma y los desconocidos en el ascensor.

Conducir en coche es algo que nos prohibirán de forma inevitable, y será por lo que yo llamo "el síndrome del ascensor". Y me voy a explicar.

El ser humano es un ser social pero con un punto de depredador. Algo a medio camino entre una oveja y un tigre. Podría decir que el ejemplo ideal sería un lobo, pero esto ya lo hizo Hobbes (el filósofo, no el tigre de peluche), y no me da la gana tener que pagarle derechos (ya sé que todo el mundo piensa que fue Nietzsche, pero da igual, porque tampoco fue Hobbes, que Plauto lo dijo mucho antes). Lo que sea.

Por algún motivo*, a la especie humana le viene bien lo de unirse en grupos, pero no con cualquiera. Es por eso que inventamos el 'nosotros' y el 'ellos'. 'Nosotros' son los de mi grupo, los que hacemos las cosas como yo (es decir, de manera correcta). Los que me caen bien, los que van en mi equipo.

*y sospecho que es para enfrentarse a otros grupos.

Es por esto que en distancias cortas, vence el gregarismo (que suena a palabra que me acabo de inventar, pero no*). Cuanto entramos en un ascensor, somos educados con los desconocidos. Nos saludamos al entrar y al salir. Esto es algo que me fascina. Hay que ser de un pueblo muy pequeño para saludar cuando entras a un bar. En la ciudad pasamos al lado de gente todo el rato sin saludarnos ¿Os imagináis saludar a todo el mundo en el metro? No se hace, porque a todas esa gente no la conocemos, ni ganas. Pero de repente subimos a un ascensor, saludamos y hasta preguntamos al otro a qué piso va para marcárselo. Somos supereducados en los ascensores. ¿Esto es porque nos sale la bondad natural en espacios cerrados? En realidad no: es por miedo. Es porque en un ascensor estamos atrapados con otro que no conocemos y tememos que pueda matarnos. Y mucho espacio para huir, no hay.

*Lo sé porque lo he mirado, que yo tampoco me fiaba.

Tú a un ascensor puedes subir con uno que va disfrazado con una túnica negra y lleva una guadaña goteando sangre, y es que ni pestañeas. Le saludas educadamente y te separas todo lo más que puedas lo mismo que con cualquiera (está estudiada la disposición de desconocidos en ascensores, y siempre es respetando la máxima separación, fijaos y veréis que es así). Como mucho, si vas con alguien a quien conoces, le haces un gesto como de "menuda pinta rara" sin que te vea, pero nada más. Los ascensores son un lugar donde cualquier enfrentamiento sería potencialmente letal, por lo que extremamos la educación, que es el material con el que se engrasan las relaciones sociales. Y si alguna vez os encontráis a alguien que es maleducado en un ascensor, huid. Seguramente sea de los pocos capaces de manejar de forma solvente una katana en un espacio minúsculo, o tiene un revólver y es muy rápido desenfundando (en caso contrario, es imbécil y sigue siendo recomendable huir: nunca es buena idea estar demasiado cerca de un imbécil).

¿Cual es el contexto totalmente opuesto a un ascensor? Obviamente, un coche. Y no sólo por que se mueve lateral en lugar de verticalmente, sino porque es un espacio reducido en el que nos encontramos totalmente seguros de los demás. Es una madriguera blindada de mil quinientos kilos en los que nuestro cerebro de mamífero diminuto se siente como si fuera un tiranosaurio rex. Tenemos fuerza, resistencia y velocidad, y si quisiéramos podríamos estamparnos contra lo que sea sólo para demostrar nuestro poder (lo único por lo que no lo hacemos es porque sería carísimo).

Es por eso que la gente es tan profundamente maleducada cuando va en coche. Nos posee la adrenalina y nos sentimos como tiburones rodeados de agua con olor a sangre (sí, los tiburones huelen las cosas debajo del agua; ya sé que suena raro, pero es así). Si alguien osa meterse en nuestro carril, aunque lo veamos y nos dé tiempo a reducir, le pitamos porque nos parece que ese territorio era ya nuestro. Y no le lanzamos misiles, porque los coches actuales no llevan, que si no, también (algunas marcas lo intentaron en los 60, pero encarecía muchísimo el producto final; eso por no mencionar que el seguro subía un montón). Si alguien conduce muy deprisa o despacio nos molesta. Porque sólo hay una manera correcta de conducir, y es como lo hacemos nosotros en este momento (que no todo el rato vamos igual. Una reflexión ¿qué sentido tiene ir deprisa para llegar al trabajo? Si de verdad nos preocupara tanto la puntualidad, nos levantaríamos antes ¿no? Es decir, nos preocupa como para jugarnos la vida en la carretera, pero no lo suficiente como para perder diez minutos de sueño. Mucho sentido no parece que tenga).

Es por esto que tantas parejas discuten al volante, especialmente si los dos son conductores. Ser copiloto es muy difícil, porque sentimos que nos quitan el poder. Ese pequeño mamífero que sentía que manejaba un tiranosauro, de repente ha pasado a ser un piojo agarrado a su cabeza, y eso no es agradable. Es como ir montado en un toro mecánico que se mueve sin control. Por eso se dedica a criticar cada maniobra ("vas muy deprisa/vas muy despacio/por allí se llegaba antes/cambia de marcha/no deberías circular por el carril bici/creo que has pasado por encima de esa vieja/etc."). Y es por esto que en cuanto la tecnología lo permita, es inevitable que la conducción se automatice totalmente.

¿Será esto mejor? Pues la verdad, no sé. Yo he leído mucha ciencia ficción y confiaba plenamente en el desarrollo de la tecnología (o mejor dicho, confiaba que los científicos hubieran visto las mismas películas en las que los robots se vuelven locos y tratan de acabar con humanos que yo, como 2001, Terminator, Matrix, Los Bingueros*, etcétera), hasta que vi que, una vez conseguidos los robots que andan como una señora mayor, y juegan a fútbol como si estuvieran borrachos (los habéis visto ¿no? Graciosísimos)  lo siguiente ha sido hacer aviones robots para bombardear poblaciones. Y ahí ya mi fe en la raza humana ha flaqueado un poquito. Luego leí una titular que decía que para 2040 los robots cometerían más delitos que los humanos, y me rendí.

*Vale, es posible que Los Bingueros, no. La he puesto para ver si estabais atentos.

¿Os imaginabais un mundo en el que coches automáticos te llevarían al trabajo tranquilamente mientras ibais viendo las noticias o actualizando vuestro Facebook tranquilamente? Pues yo ya no estoy tan seguro de que eso vaya a pasar. Además, parece que los coches autónomos van a producir más mareos que los normales y desde luego no los están diseñando para nada como nos los imaginábamos. O sea, que todo mal.

¿Quiere decir esto que no creo que la conducción autónoma triunfe en el futuro? Pues seguramente, porque hasta los trenes llevan todavía conductor, y eso que van por vías. Imagínate lo difícil que tiene que ser que los coches vayan solos. Por el amor de Dios, si ni quiera en Star Trek las naves son autónomas. Seguramente lo único que conseguiremos es que nuestros coches nos multen automáticamente cuando pasemos el límite de velocidad, que eso sí que lo veo factible. Y que igual me debería pensar el final de los post antes de ponerles título, que eso también.

No esperarías coherencia en un blog que se llama "Noticias desde la Antártida" y no la ha mencionado ni una sola vez para nombrar al continente helado ¿verdad? Besis.

En la imagen, Thomas Hobbes (1588-1679) filósofo inglés autor de Leviatán
(Nota para el mono de la documentación: insertar aquí imagen de Hobbes. El filósofo, ni se te ocurra poner al tigre de peluche, que te conozco)