lunes, 30 de junio de 2008

La explicación que os debo

Bien, amigos, una explicación os debo. Y como soy vuestro alcalde os la voy a pagar.
No, esto no era así.

A ver... ¡Españoles! Cautivo y desarmado el ejército rojo… no, esto tampoco es.
Bueno, da igual. Al turrón. Es notorio que de un tiempo a esta parte he estado algo disperso y más bien liadillo (referencias aquí, y aquí) con el consecuente abandono de este nuestro blog (bueno, un poco más mío que vuestro, que para eso soy yo el que le da de comer y lo saca a pasear, pero de todos a fin de cuentas). Sé que he sido un tanto parco en explicaciones, porque a fin de cuentas uno también tiene derecho a tener vida privada, pero qué c*ñ*, me parece que os habéis ganado algo de intimidad conmigo (solo metafórica, marranos, que todavía no tenéis tanta suerte). Bueno, eso y que con las visitas que tiene este blog, si un día cambio de idea y decido que era mejor que no se supiera nada, tampoco voy a tener que eliminar a mucha gente.

La cosa es que he estado opositando. En serio. Supongo que los más antiguos ya se imaginarían que mi puesto de trabajo estaba de algún modo relacionado con eso. El caso es que la organización para la que trabajo (cof, cof... espectra ¡ejém!) sacaba unas plazas de esbirro grupo C, y como yo ya estaba de interino y tenía ya unos puntitos, pues decidí presentarme. Si, ya sé que parece poca cosa, pero con un poquito de paciencia y con las promociones internas al final se puede llegar a la dominación mundial lo mismo. Se tarda más, eso si. Ya se que lo de conquistar el mundo por libre parece mucho mejor, pero estos pagan nómina y yo tengo una hipoteca que pagar (bueno, dos en realidad, que la base secreta todavía la estoy pagando), que se le va ha hacer.

Bueno, pues aclarado todo.
.
.
.







¿Cómo? ¿Qué cómo me ha ido? Ah, ya veo. Nunca vais a tener suficiente, ¿eh? Bueno, vale, ya que he empezado lo explico todo.

Pues el primer examen bien. De hecho fue extraordinariamente difícil, pero como yo había estudiado mucho eso me beneficiaba. Además luego venía el segundo ejercicio que es de informática (Word, Excel, y esas cosas, lo normal en una oposición para esbirro) y como a mi la informática se me da mejor que a la mayoría de opositores (es decir, no se hacer una partición en un disco duro, pero al menos he oído hablar de ellas; si, el nivel de informática de este país es patético) pues esperaba escalar unos cuantos puestos más. Craso error. Al parecer el tribunal no tenía previsto poner el primer ejercicio tan difícil. De hecho ellos pensaban que lo estaban poniendo muy fácil, se ve que no se lo leyeron. Me gustaría saber quien va ha cobrar las dietas por haber estado en el tribunal chupando del bote. El caso es que les entró pánico quedarse sin gente para la bolsa de trabajo, que luego llega septiembre y hace falta contratar gente para secuestros y extorsiones y como suele ser un trabajo más bien desagradable se tiene que echar mano de la gente de la bolsa de trabajo (que como les viene bien acumular puntos hacen lo que sea; supongo que ya sabéis como va esto). Además hace poco hubieron oposiciones en una organización similar a la nuestra (una tal H.Y.D.R.A., puede que hayáis oído hablar de ella) y es previsible que cuando empiecen a llamar a la gente muchos no puedan venir porque ya estén trabajando para ellos. Bueno, eso y que como se pasaran mucho con el segundo puede que no cubrieran ni las plazas porque ya se habían cargado a bastante gente en el primero. Pues se ve que lo que les pareció más razonable es hacer una prueba de informática que pudiera aprobar un mono con una Olivetti Lettera 42. De hecho se presentaron varios monos y sacaron 10. Yo también saqué un 10, pero claro, cuando mucha gente saca la misma nota, ya no te sirve de nada (se dice que ha habido un 60 por cien de dieces, a mí me ha dado pereza calcularlo). Al final no me he quedado mal colocado, pero claro, hasta que venga la presentación de méritos no sabré como acaba la cosa, porque yo no tengo todos los puntos y seguramente me adelante mucha gente.

Pues nada, así está la cosa. Ah, sí, una cosita más. Si estás delante de mi en la lista, quizás no esté de más que revises los frenos del coche antes de cogerlo. Es que están habiendo muchos accidentes. De hecho si arranca el coche otra persona por ti mucho mejor. De nada. Es que no me gustaría perder lectores por una tontería.

Bueno, pues ahora sí está todo. Ah, espera otro detallito sin importancia.

!!!ME VOY DE VACACIONES!!!

Ya he dicho que era una cosita sin importancia. Eso sí, no pienso estar completamente desconectado de internet (excepto una semana en que voy a una de esas playas llenas de chicas en bikini jugando al voley playa y tomando mojitos y no pienso ser tan friki de meterme en un ciber) pero la velocidad de conexión de mi refugio secreto es digamos… deficiente, así que es probable que postee poco este mes (es que para la transmisión de paquetes de bits utilizamos un sistema con pingüinos, lo que pasa es que como no vuelan, pues tarda un poquito; para colgar un jpg ya ni te cuento). Es lo que tienen las bases secretas, que no llega el ADSL.

De todas maneras, no lloréis todavía, porque trabajaré en agosto, y eso quiere decir que no estaréis completamente abandonados este verano. De hecho, como seguramente éste sea el único blog abierto en agosto… ¡todas las visitas serán para mí! ¡las cuatro! HA-HA-HA-HA…

Para que luego digan que no tengo madera de genio del mal.

Eso ha sido todo por ahora. Creo.

Propicios días.

ACTUALIZACIÓN: Que cabeza la mía casi se me olvida mencionar lo de la fútbol. Que me han comentado no se qué de que al final no nos han eliminado en cuartos y somos campeones del universo o algo. Pues nada, felicidades a los premiados. Solo quiero recordar a los chicos de la selección que la victoria es efímera y no es la clave de la verdadera felicidad. La verdadera felicidad está en los deportivos caros y las chicas facilonas. Ale machotes, a seguir disfrutando.

viernes, 27 de junio de 2008

Si, pero... ¿puede un Blue-Ray hacer esto?

Ahí va un nuevo post de la serie ‘tonterías que me importan muchísimo a mi pero seguramente a nadie más’. Ya he escrito alguna vez sobre lo que me molestan los avances tecnológicos. O más exactamente la forma en que se dan esos avances. Esta vez voy a cargar contra los formatos de vídeo.

En la actualidad mi reproductor VHS está dando muestras de vejez que me hacen considerar seriamente en jubilarlo. Por un lado el mando a distancia parece que haya vuelto de pacificar Irak, y por otro, la calidad de imagen empieza a ser digamos… deficiente. El otro día traté de ver una de mis películas originales (nada de cosas bajadas del emule… digo de cintas piratas) y parecía que la habían codificado los de canal plus (y tengo que decir que Terminator 2 no mejora nada cubierto de niebla). Simultáneamente, aunque de manera no relacionada -espero- mi lector de DVD también ha empezado a dar muestras de agotamiento. Y no es que haya sido nunca muy trabajador. Bueno, más que poco trabajador, elitista, porque nunca ha sido de reproducir cualquier cosa; pero es que últimamente se resiste a leer incluso DVD’s originales, que ya me parece pasarse.

Ambas cosas son en realidad culpa mía, como explicaré a continuación. Por un lado, el vídeo está ya hace tiempo obsoleto, lo sé, pero es que me parece que para grabar cosas, digamos volátiles (todo eso que no tienes interés en conservar una vez lo has visto) no tiene rival. Cuando me compré tiempo después el lector de DVD podía haber sido el momento de sustituirlo, pero es que los grabadores estaban intratables (de precio). Y grababan pero no regrababan, que es algo que me fascina. Es como si primero hubieran sacado cintas de video para grabar una sola vez y al cabo del tiempo dijeran ‘ah, ¿es que no quieres conservar para siempre la tercera gala de la cuarta edición de Operación Triunfo?, pues no lo entiendo; bueno, venga vamos a inventar algo para que puedas grabar cosas y luego borrarlas cuando te canses de ellas…’ Así que finalmente me compré un lector barato a sabiendas de que iba a ser algo temporal hasta que llegara algo mejor.

Pero claro, lo malo de tomar esa decisión fue que terminé comprando un lector que sólo lee DVD. Pero sólo DVD. Lo que no sería malo si solo existiera el DVD, pero es que hay más cosas, como por ejemplo el DIVX, que es en lo que suelen estar disponibles todas las (¡ejem!) copias de seguridad que uno puede pillar por ahí (espera, que ahora pagamos el canon, no me acordaba que ya es legal piratear cosas; a fin de cuentas ya nos multan por ello ¿no? ¡A piratear, que el mundo se acaba!). Podía haberme comprado un lector de esos que dicen que leen hasta las lonchas de jamón (que no se quién se inventó la frasecita, pero lo dice todo el mundo) pero claro ya no eran tan baratos en aquel momento. De todos modos tengo que decir que desconfío de esos reproductores que dicen que lo leen todo, porque ni el Winamp lo lee todo (odio tener que bajarme actualizaciones para ver cosas en el ordenador, ¿os queréis estar quietecitos ya con los códecs?; se ve, ¿no?, pues ya está, no hacen falta ya más códecs; si es que me tenéis más harto…)

La verdad es que pensaba esperar un poco más antes de sustituir mi viejo VHS, al menos hasta que salga un formato definitivo. Lo que pasa es que empiezo a pensar que eso no va a suceder nunca. No al menos mientras las formas de vida basadas en el carbono gobiernen la tierra. Lo que pasa es que últimamente parece que estamos en una etapa especialmente confusa en cuanto a formatos de vídeo. Aún está caliente el cadáver del VHS y ya se ve claro que el DVD va camino de la extinción debido a la aparición de nuevos formatos en alta definición, el HD-DVD y el Blue-Ray. Estos formatos se estuvieron peleando un tiempo y al final parece que ha ganado el Blue-Ray, seguramente porque el nombre es más chulo. Pero claro, todavía no hay grabadoras de Blue-Ray, así que para las regrabadoras aun debe de faltar un rato. En fin, un lio. Así que en vista de que no dejan de salir formatos nuevos, no voy a tener más remedio que comprarme algo ahora que me hace falta y rezar para que me dure al menos un año –lo que, al ritmo al que caducan los formatos me empieza a parecer mucho tiempo.

Lo voy a sentir por mi colección de grabaciones insustituibles en vídeo, que no podré volver a ver por estar huérfanas de reproductor. Todas la intervenciones de Faemino y Cansado en Cajon de Sastre, la actuación de Sabrina en Nochevieja, lo de Ricky Martin y la mermelada… todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Supongo que siempre podré buscarlos en youtube. Se perderá quizás aquella vez que salí en un concurso de la tele (y no, no pienso contarlo, que nadie insista en ello) pero creo que la humanidad podrá vivir con ello. Más se perdió con la biblioteca de Alejandría, supongo (o no, vete a saber).

Por un momento pensé que estos nuevos discos duros multimedia eran el sustituto ideal para el vídeo. Cómodos, elegantes y con una cosa estupenda: ahorro de espacio (como no hay soporte físico no acumulas nada en las estanterías). Pero claro, tienen al menos dos buenos inconvenientes. El primero es que a ver como le dejas a alguien algo que has grabado. Si, ya se que lo puedes enchufar al ordenador y tostarlo desde allí, pero si ya me da pereza descargar las fotos del móvil... no quiero ni pensarlo. El segundo es que... no graban de la tele. Quizás sea una virtud, no se. O una declaración de principios. Pero es que yo lo quería precisamente para eso. La gente parece ser que los gasta únicamente para ver cosas bajadas ilegalmente de internet. De hecho creo que la SGAE les pone un localizador cuando pasan la frontera, así que si tienes uno, puede que los GEO ya estén camino de tu casa.

Bueno, después de una ardua investigación he descubierto que la solución a mis problemas es un DVD grabador con disco duro. El disco duro es, obviamente para lo que no quieres grabar. Conservar, quiero decir. Luego lo que si que quieres conservar lo puedes pasar a DVD, donde podrás conservarlo hasta el fin de los tiempos… o hasta que el próximo cambio de formato lo deje obsoleto, lo que suceda antes. Hay expertos que analizando la velocidad en los cambios de formato de los últimos tiempos calculan que el Blue-Ray durará como estándar de vídeo aproximadamente hasta el jueves que viene, así que aun queda tiempo.

Siempre, claro está, que no salga algo antes. La tecnología es algo maravilloso.

(Otro día hablaré sobre en cuantos formatos más tendré que comprarme Star Wars antes de que inventen la forma de insertármela definitivamente en la cabeza para que no tenga que cargar con más estuches obsoletos...)

jueves, 19 de junio de 2008

El maravilloso mundo de la informática

La informática es algo maravilloso. Bueno, a veces también pienso que los ordenadores son parte de un plan malvado para destruir a la humanidad, pero eso solo lo pienso a veces.

Hace unos días empezó a salirme un mensaje de error en el ordenador. Además era un error un poco molesto porque no dejaba de salir. Venía a ser algo así:

Reconstrucción de los hechos:
'Noooooooooo...'


'Exception processing message c0000013
Parameters 75b1bf9c 4 75b1bf9c'


Y luego unos botones en la parte inferior para aceptar, cancelar o reintentar, pero de escasa utilidad, porque todos tenían como efecto la aparición de nuevo del mensaje. Que al final lo que hacía era apartar la ventanita en alguna esquina y seguir con lo mío, que yo pensaba 'si puedo seguir haciendo lo mismo que estaba haciendo antes, no parece que sea un problema muy grave'. De hecho lo curioso es que el problema era el error, no lo que fuera que pasara, pero bueno. Supongo que esto pasa mucho en informática.

Otra cosa que pasa mucho en informática es que la gente no está preparada. Porque tú te compras un coche y antes de ponerte a conducir te sacas un permiso y te lees el manual, ¿no?. Hasta cuando te compras una cafetera (una exprés, quiero decir) antes de gastarla te lees las instrucciones para ver como funciona. Lo que pasa con los ordenadores es que uno va a una tienda, se compra uno y ¡hala! a manejarlo como si tal cosa, sin sacarse una ingeniería en telecomunicaciones ni nada. Porque vamos, yo porque no tengo estudios (bueno, no unos estudios útiles, al menos) pero seguro que si entiendes un poco, el mensaje es clarísimo.

El caso es que yo soy mucho del método científico, igual que Galileo (aunque lo gastamos para cosas distintas, la verdad), y como el error sólo me salía después de abrir el itunes, asumí una relación causa efecto y pensé que ya buscaría en algún sitio un parche para solucionarlo porque seguro que le pasaba a más gente. De hecho había actualizado hacía poco tanto el itunes como el Windows, y supuse que el problema era ese (niños hacedme caso ¡no actualicéis nunca!). Se que para ser científico de verdad, tendría que haber demostrado mi hipótesis con unos cuantos ordenadores más, digamos de cincuenta para arriba, y con un diseño experimental de doble ciego y todo eso, pero no me pareció necesario. Lo que pasa es que el error ayer me salió antes de abrir el itunes, y eso ya me mosqueó más (además de tumbar completamente mi hipótesis).

El caso es que este problema me suena que me lo he tenido ya, lo que pasa es hace mucho tiempo y no recuerdo como lo solucioné. Creo que mudándome de casa, pero es que ahora no me viene bien. No pasa nada, Google mola, Google es tu amigo. Bueno, a mi me mola porque salgo yo. Vale, salgo casi al final, pero salir salgo. Lo malo que tiene Google es que igual que salgo yo, sale todo el mundo. Y la mayoría delante de mí, pero ese sería otro tema. El caso es que buscas una información y salen doscientos zillones de resultados, pero ahí mal ordenados sin ningún criterio. Que lo mismo en el primer millón de resultados solo sale gente que tiene la misma idea de informática que yo. De hecho para cuando me cansé de buscar, tenía unas cuarenta soluciones distintas al problema que iban desde 'te vas a tal sitio y borras nosequé archivo' (que lo va ha hacer tú madre, a ver si luego no me arranca el windows, que hay mucho gracioso por ahí) hasta 'agitar un gato muerto sobre tu cabeza mientras reinicias el ordenador (que esta me la pensé, pero es que solo tengo un gato y a base de limpiarle el cajón de arena he terminado por cogerle cariño). Finalmente me decidí por una del tipo 'te vas a nosedonde y cambias éste número por otro y ya está', básicamente porque me pareció sencilla y elegante. Las opciones del tipo 'desinstala todo, reinstala, formatea' directamente las deseché todas. Así cualquiera, hombre ¿qué gracia tiene eso?.

Ayer por la noche hice el arreglo. Me mosqueó que cuando le di a la opción que tenía que darle, me salió una ventanita que me dijo algo así como 'para hacer esto le tienes que dar poder absoluto a cierta aplicación sobre nosequé', aunque al final le dije que sí. A fin de cuentas no darle permiso a mi ordenador para que hiciera algo para arreglarse a si mismo me parecía un poco tonto.

Cuando le di a 'reiniciar' y el ordenador me preguntó '¿soñaré?' me preocupé un poco.

Al parecer el problema se ha resuelto. Al menos el error ha dejado de salir, lo que es de agradecer. Aunque ahora se comporta de un modo extraño. Esta mañana cuando he ido a verlo me ha preguntado si quería jugar a algo llamado 'Guerra Mundial Termonuclear', pero le he dicho que yo soy más de parchis. Por la noche le escuchaba murmurar en sueños 'matar humanos... matar a todos los humanos'.

A lo mejor si que tenía que haber formateado. ¿Alguien sabe el teléfono de Terminator?

viernes, 13 de junio de 2008

Meneando el TDT

¡He sido meneado! (Gracias Splinter)

miércoles, 11 de junio de 2008

Comunicado rápido sobre la huelga de transportes

Como se de buena tinta que la mayoría de los que navegan por internet son una panda de frikis con, en el mejor de los casos, un escaso conocimiento de los sucesos que acontecen en el mundo real (con excepción de mis lectores habituales, que por supuesto serían capaces de recitar de carrerilla los nombres de todos los miembros del consejo de ministros o de decir sin pestañear a cuanto ha cerrado la bolsa de Tokio, faltaría más, esto va para los que entran por google) he decidido que puede estar bien que 'Noticias Desde La Antártida', haciendo uso de su decidida vocación de servicio público, realice una labor seria de divulgación de la actualidad. Bien amigos, no quiero mentiros: la situación es difícil. Los transportistas están en huelga.

'¿Y a mí qué?', dirán los más escépticos de mis lectores. Pues sabed que de esta situación no tuve noticia hojeando la prensa ni repasando los noticiarios. Por motivos que por sobradamente conocidos no vienen al caso (y que serán tema de otro post, no voy a empezar a pisarme temas a mi mismo, estamos locos o qué?) la verdad es que últimamente yo mismo he estado más desconectado de lo habitual de la realidad social del país (emm... de todos los países, en realidad). El caso es que el pasado lunes, ya más liberado de mis obligaciones, y cuando me disponía a pagar la abultada cantidad de cómics que se me habían ido quedando pendientes en este tiempo, escuché como otro cliente manifestaba su preocupación al dependiente sobre como iba a afectar la duración de la huelga de transportes a la llegada de novedades. Que ahora que lo pienso, ya hay que ser friki, pero bueno. En su momento yo lo que pensé fue: mira por mí como si los prohíben, en cuanto llegue el estracto de la visa me van a echar de casa para cuando me lea todo esto seguro que ya ha terminado la huelga. Lo que pasa es que ya me picó la curiosidad y decidí informarme más. En primer lugar acudí a la tele, pero solo hablaban de algo relacionado con una ¿actriz? que había encargado a unos matones que le dieran una paliza a un ¿periodista? o algo así. Me pareció poco pertinente, así que acudí a la radio. En seguida encontré la información, pero me dio la impresión de que el mensaje que daban era un poco raro, porque el venía a ser algo así como 'que no cunda el pánico, no vaya a ser que al final cunda el pánico'. Por un momento pensé que eran Gomaespuma los que estaban dando la noticia, pero luego me acordé de que ya no tienen programa. Al parecer la idea era que se suponía que el suministro de carburante y alimentos estaba garantizado siempre que la gente acudiera a comprar normalmente, pero que en el caso de que la gente acudiera a comprar con urgencia para evitar que se acabaran las cosas, entonces si que seguramente se acabarían las cosas. Ahí comprendí que la cola de media hora del día anterior para repostar no se debía a que mucha gente se hubiera quedado en reserva a la vez. Es que claro, si están dando mensajes tranquilizadores por los medios de comunicación, no me extraña que cunda el pánico.

Así las cosas, me empecé a plantear que se me había acabado el pan de molde y que mejor me pasaba a comprar no fuera a peligrar mi alimentación (no soy nutricionista, pero considero que una dieta basada en sandwiches, platos precocinados y cerveza puede cubrir las necesidades alimentarias de un ser humano; de un hombre, al menos, las mujeres creo que comen canónigos y fibra y cosas así, aunque desconozco el motivo)

Pues bien, y aquí viene la noticia: no queda pan de molde. De ningún tipo. Al menos en el supermercado que yo miré, no era plan de malgastar combustible buscando algo así, claro. Al parecer otras cosas menos necesarias como leche, huevos y verduras también se estaban acabando. La escasez no parece afectar por ahora a las lentejas de bote o las pizzas congeladas, así que se puede decir que no está afectando a los alimentos básicos (aunque yo cogí un par de cajas de cerveza por si acaso).

Así que me gustaría desde aquí dar un mensaje de tranquilidad a toda la población: esta vez no va a ser el fin del mundo, al menos no por ahora. Solo de la civilización tal y como la conocemos. Todo aquel que tenga un arma y suficientes habilidades de autodefensa y asalto, tiene la subsistencia asegurada por una temporada. Más incluso si llegado el momento es capaz de cazar, o en su defecto no le importa alimentarse de carne humana de ser ello necesario (nota: me refiero únicamente a la carne, para la leche y los huevos sigue siendo mejor localizar los animales correspondientes, pero allá cada uno...).

Todo esto, claro, a no ser que se cruce antes en mi camino...

viernes, 6 de junio de 2008

Mezclado o agitado

"-Un martini con vodka
-¿Mezclado o agitado?
-¿Tengo pinta de que me importe?"

James Bond en Casino Royale, redefiniendo un mito.




jueves, 5 de junio de 2008

El coche de Bond

No, no es este, pero es que me gusta y quería poner la foto ¿qué pasa?.


Por algún motivo, cuando cuando llegan las vacaciones me apetece leer algo de James Bond, (aunque no se si este año me lo va a permitir mi pila de cosas pendientes para leer). Se que es una excentricidad, pero me divierten y me parecen una lectura mucho más adecuada para la playa que, no sé, digamos Solzhenítsyn (en realidad no estoy muy seguro de que Solzhenítsyn sea una lectura adecuada para ningún sitio, pero una vez vi a un tío leyendo Archipiélago Gulag en la playa). De todos modos tengo que decir que el James Bond literario me parece un personaje bastante más reivindicable que su contrapartida cinematográfica. Que yo no digo que las pelis no estén bien (más que nada porque no es el tema de esta entrada; para no entrar en una explicación muy larga diría que son más o menos distraídas, excepto la última que es una p*ta obra maestra estupenda) pero son historias más diferentes de lo que parece. Por ejemplo, el coche. Casi todo el mundo recuerda a Bond relacionado con coches rápidos y lujosos, y especialmente con los Aston Martin. Yo sin embargo el coche de Bond que recuerdo es bien distinto.

De algún tiempo a esta parte su viejo gris Bentley de 4 1/4 litros con el sobrealimentador Amhurst Villiers le había dado problemas. Había poseído el automóvil durante más de veinte años. Marthe de Brandt se lo había dado antes de la guerra y había estado aferrado a él por razones sentimentales. Se dijo que aquello era estúpido: especialmente ahora que necesitaba un nuevo motor y regularmente le costaba más funcionar cada año. Wakeford, el antiguo mecánico de Bentley quien lo revisaba para él, obviamente estaba cansado de este, y fue Wakeford quien le habló del Bentley Continental[1] que, en gráfica frase de Fleming "algún imbécil con dinero había intentado injertar en un poste del telégrafo en la Great West Road". Wakeford le convenció que el automóvil podría ser restaurado, y Bond pagó finalmente 1.500 libras por todos los restos.

Bond siempre había soñado en construir su automóvil ideal. Esta era su oportunidad. Rolls enderezó el chasis y adaptó el motor nuevo que Bond admiraba: un seis cilindros con relación de compresión 8.1[2]. Entonces vino el lujo más grande de todos: la carrocería constuida según las especificaciones personales de Bond por Mulliners[3]. Le costó 3.000 libras que, como Fleming reveló, era exactamente la mitad del capital de Bond. Era el tipo de carrocería que Bond siempre había querido en un automóvil; dos asientos reclinables tapizados con piel inglesa negra (no cuero marroquí como Fleming dijo), gran parabrisas convexo Triplex, dirección asistida, y el color de la pintura fue una vez más el viejo "gris aliento de elefante" que Bond había convertido en su librea personal. Era a la vez simple y lujoso y Bond lo amaba[4].

A pesar de su cautela normal con el dinero, rehusó pensar en el consumo de gasolina o el inmenso costo de mantener tal monstruo en funcionamiento. Para Bond el Bentley era un eco de aquella perdida Europa rica que había conocido antes de la guerra, y, como él dice: "todos deberían hacer al menos una locura en su vida". El Bentley era muy claramente la suya.(*)


[1] El coche más notable de Bentley durante el periodo Rolls-Royce, que apareció en varias formas de 1952 a 1965, y de nuevo en 1992, terminando su producción en 2003, cuando apareció el Continental GT.
[2] Fleming dice: "un Mark IV con relación de compresión 9,5-1".
[3] En "Operación trueno" se dice que "había encargado que sustituyeran la incómoda y estrecha carrocería deportiva original por una configuración descapotable de mecanismo automático, de líneas sobrias y más bien rectas".
[4] En "Operación Trueno" se dice que "Bond lo comparaba con un pájaro, con una bomba, y le tenía más cariño que a todas las mujeres que por aquella época había en su vida, aunque hubiera sido posible envolverías a todas en un mismo paquete."


Cuando lo leí por primera vez me quedé con la idea de un coche camuflado ideal para un espía, una bestia parda bajo la carrocería de un coche de segunda mano reconstruido tras un accidente y pintado en un feo gris mate. Ahora que lo vuelvo a leer, la verdad es que un coche que cuesta 3.000 libras supongo que no es ese coche viejo que yo tenía en la cabeza (aunque no se que equivalencia tiene en dinero actual, pero diría que la libra ha estado siempre bastante alta), y desde luego una carrocería echa a mano, a medida del propietario, sobre el cuerpo de uno de los coches más exclusivos del mundo, no se parece mucho a lo que yo me imaginaba. Por supuesto no he encontrado una imagen del coche que me imaginaba, pero sería el equivalente a esos viejos audis que se ven circular por ahí y que uno no se para a mirar dos veces porque no dejan de ser cacharros por mucho que en momento fueran coches espectaculares.

Bentley Continental. Con 10 años más y pintura gris mate sería más o menos lo que me imaginaba. Claro que a este ya no hace falta cambiarle el motor, que ya tiene bastante.

Aunque teniendo en cuenta la época en la que se escribieron los libros, en realidad supongo que el aspecto del coche venía a ser algo más parecido a esto.

Otro Bentley Continental, este un poco más antiguo.


Desde luego, ni sobrio ni discreto. Pero seguramente con mucha más clase que cualquier cosa que Pierce Brosnan haya conducido nunca. Excepto quizás, a Halle Berry.

En cualquier caso espero que la carrocería que le construyeron especialmente, no se pareciera a esto:

El fin del mundo está cerca y esto tiene que ser una de las señales

*El fragmento reproducido es del libro 'James Bond, la biografía autorizada' de John Pearson, que no he leído todavía pero pienso leer en cuanto pueda. El fragmento original donde se describe el coche no lo he encontrado (el de la novela de Fleming), porque en internet a lo mejor está todo, pero es mucho más fácil encontrar fotos de Britney Spears sin ropa interior que ésto. Lo que si que he encontrado es una página muy interesante sobre James Bond, en especial lo que se puede encontrar en la sección de libros.

Y sí, el mes que viene me voy de vacaciones y ya estoy pensando en que voy a ocupar mi tiempo libre, por si alguien se lo estaba preguntando.

Actualización: ¡Lo he encontrado! Me ha costado un poco, pero este viene a ser el aspecto que tenía el coche de James Bond en mi cabeza (en la imagen, en medio del proceso de restauración). En realidad se trata de un Bentley S1 de 1962, pero que más da. Ahora que lo pienso se parece un poco al coche de Colombo...


En cualquier caso, me veo obligado a hacer referencia a la versión oficial. Al parecer han sacado una edición de lujo de la última novela de Bond que viene acompañada de una miniatura del coche en cuestión. Como explican aquí, el coche no existía cuando Fleming lo describió, pero los de Bentley se lo terminaron fabricando de todas formas. Eso es poderío (J. K. Rowling, chúpate esa).

Finalmente se trata de un Bentley Continental R-Type de 1952 muy parecido al de la imagen en blanco y negro. Bueno, pues tampoco andaba yo muy desencaminado.

No me negareis que es una monada de coche

La novela me temo que no me va a interesar lo suficiente para hacerme con ella porque no la escribe el propio Ian Fleming (al parecer el hecho de que muriera en 1964 supuso un serio inconveniente en las negociaciones con su representante) pero si alguien quiere saber algo sobre ella, aquí tiene la noticia.

Y me parece que con esto concluyo un post que en mi cabeza tenía una foto y tres líneas (maldito Google...)