martes, 22 de diciembre de 2009

La lotería de los cojones.

La verdad es que en cuanto acepté, supe que no era buena idea. Bueno, tengo una excusa. Acababa de llegar a mi nuevo trabajo y el jefe me lo pidió en plan favor personal.

-Oye, tú que vienes de [sede central], no podrías conseguir lotería del número ese que hay hostias por pillar, verdad?
.

-Bueno, pues la verdad es que conozco personalmente al que la vende de hecho creo que he hablado dos veces con él en cuatro años, así que supongo que podría intentarlo...


En cualquier caso parecía una tarea sencilla. Un par de llamadas, un par de correos y arreglado. Seguro.

En primer lugar estaba la logística. Yo no soy una persona ordenada. Ni tengo una gran memoria. La verdad es que soy un puñetero desastre. Eso hizo que la perspectiva de tener 60 euros de personas que todavía no conocía demasiado y no saber a quién pertenecían (porque para empezar todavía no me sabía los nombres ni conocía todas las caras) me estresara un poco.

No pasa nada, es cuestión de ser sistemático. Lo primero que hice fue un mailing a la plantilla para hacerles saber que era posible -y solo posible- que pudiera conseguir lotería del número más buscado de la [empresa maligna] (y esto es un misterio para mí; hasta donde yo sé no ha tocado nunca; se ve que todo el mundo espera que eso pase este año) y que los que estuvieran interesados me lo hicieran saber. Luego hice una lista del personal para saber cuántos iban a querer y cuánta, e ir anotando los que habían pagado ya.

Aquí me enfrenté al primer malentendido. Por algún motivo la gente pareció creer que yo iba a adelantar el dinero de la lotería para tener un número indeterminado de décimos disponibles. Esto me obligó a hacer un nuevo mailing en el que explicaba que iba a pasar a recoger el dinero de los que quisieran lotería y además a emitir recibos por las cantidades que me abonaban. Sé que parece raro, pero me sentía extraño recogiendo dinero de gente a la que apenas conocía sin darles algún tipo de comprobante a cambio. Con esto conseguí un par de cosas. En primer lugar pasar al primer puesto en el escalafón de pirados de mi nuevo curro (ssstupendo, y esto solo al segundo mes) y en segundo ser oficiosamente designado para cualquier marrón que implique manejo de pasta como colectas para regalos, organización de cenas y cosas así. Con lo que yo disfruto con estas cosas...

En poco tiempo una de mis funciones fundamentales en el curro consistió en perseguir a la gente que decía que quería lotería con vagas amenazas primero de "es que si no se paga no toca" y más tarde con aclaraciones del tipo "concretamente no te va a tocar a ti machote, porque no pienso comprar ni un número más de los que se me paguen". Esto seguramente me ha hecho muy popular. La gente no parece entender que me resulta difícil de creer que pueda cobrar un décimo después de que no haya tocado...

Mi otra función consistió en tratar de localizar como un loco al que tío que vendía la lotería para conseguir que se comprometiera a reservarme un número creciente de décimos. Porque mientras fueron 7 u 8 no parecía complicado, pero para cuando iba por 30 me empezó a dar miedo que no consiguiera tanta lotería y me terminaran linchando cuando tocara... Esto se vio agravado porque el que vendía la lotería estaba de baja y aparecía solo cuando le apetecía y huyendo de todos los compradores como yo que le asediaban... Si, como técnica de venta resulta extraña, pero me parece que le ha funcionado, nunca ha habido una demanda tan histérica de lotería en la empresa...

Otra cosa que tampoco me acababa de hacer gracia era llevar encima más de seiscientos euros de mis nuevos compañeros ante el terror de que la recaudación se traspapelara o fuera hábilmente mangada y terminara yo palmando la pasta... supongo que no tengo espíritu de tesorero. Me sentía más bien como Frodo custodiando el anillo.

Entre las anécdotas estarían la tipa que me pagó el penúltimo día y con calderilla después de estar preguntándome durante cinco días que cuando iba a tener la lotería (y me terminó dando 10 céntimos de menos; que vale, no es que fuera mucho, pero reconozco que la tocada de huevos me irritó un poco), el compañero que está de baja (y al que ni he visto nunca, claro) que ignoró totalmente mis correos recordándole que no me había hecho llegar el dinero y que no se quedó sin lotería porque el último día que se podía comprar convenció a una de las jefas (creo que en mi nuevo curro el único que no soy jefe de algo soy yo) para que me mandara a por su décimo (eso si, le dije que la pasta la iba a tener que adelantar ella, que ya me parecía mucho puteo encima pringar yo) y el tipo que me preguntó ayer si todavía se podría comprar lotería (a este le perdoné porque es majo y porque directamente me pidió el número del que la vende, en lugar de pedirme que se la pillara yo; eso si, sin lotería se ha quedado igualmente porque la venta se cerró el viernes).

Bien, no quiero aburriros con los detalles. Digamos que después de unos cinco viajes a [sede central] -que está a unos quince minutos de caminata de mi actual lugar de trabajo- el último de ellos con un tiempo de perros y corriendo para evitar que el tipo se me escapara sin venderme la lotería (si, el décimo de el de la baja) finalmente conseguí llevar a cabo la misión. Luego ya repartir los décimos fue coser y cantar. Bueno casi.

Ahora me enfrento a un terrible dilema.

Porque claro, yo sé que soy un tipo decente en general. Pero también sé que todo el mundo tiene un precio. Y tengo un billete abonado por alguien a quién solo he visto dos veces (en realidad creo que pasaba por allí) y que no volví a ver después de tener la lotería.

Ahora me corroe una duda terrible. ¿Cuánto tiene que tocar para que yo olvide totalmente que me encargó ese décimo? Porque tengo claro que por 300.000 más podré dormir sabiendo que soy un perfecto cerdo... Ahora, no me gustaría descubrir que también me puedo portar como un cerdo por mil miserables euros...

Temo que como toque voy a descubrir exactamente cuál es el precio de mi integridad y me inquieta un poco sospechar que pueda no ser demasiado alto.

Eso sí, si todavía conserva su recibo igual hasta le devuelvo sus 20 con una nota excusándome por no haber recordado comprarle el décimo.

Si es que es tan difícil hacer bien estas cosas...

8 comentarios:

ender dijo...

Vaya, yo también soy el encargado de festejos varios y saraos en mi empresa. De verdad que cada vez ....

En fin, puedes quedarte tranquilo, que no ha tocado, al menos el gordo. Yo este año no he comprado, que la crisis es la crisis y 20 euros dan para bastantes colacaos.

Me alegra ver que no abandonas a tus fans, aunque tengas menos tiempo que Perry.

Gárgamel dijo...

Todos tenemos un precio, pequeño padawan... y yo por mil euros MA-TO! :-p

Hay que ser pardillo para meterse en esos marrones nada más llegar... :-p

Anónimo dijo...

“Paco, enciende ya la tele
que va a empezar el sorteo”.
(A ver si tenemos suerte
y te mando poco lejos)”.

“Aquí tengo los billetes
que compramos en Febrero
cuando fuimos a Albacete
a ver a tu primo Pedro”

“¡Calla! que ruedan los bombos.
Mira que niña más linda
ésta de San Ildefonso.
¡Ay, que cara más bonita”…

Dos o tres horas después
han salido ya los premios
y Francisco y su mujer
tienen el rostro más serio.

“Mira que lacia la niña”

“¡Anda que no eres malaje!”

“Una pedrea, chiquilla.
¡Cántamela, por tu madre!”

“Ya no compro lotería
que siempre toca a los mismos”

“Y ahora a aguantar todo el día
a los tontos nuevos ricos
celebrando con Champán
y pegando muchos gritos…”

¡Apaga la tele ya
y vete a comprar el ‘Niño’!”.

Blanco Humano dijo...

Ender: si es que somos unos pringaos, nos lo notan en la cara.

Casi mejor que no toque nada, que he leido por ahí que la gente que le toca la lotería acaba fatal, llena de deudas y en manicomios o nosequé. Casi que nos quedemos como estamos...

Y si, la verdad es que este año estoy haciendo un esfuerzo, a ver si el dios del blogger me lo recompensa con visitas o con suecas macizas... XD

Gárgamel: Bueno, al menos tú tienes claro tu precio. Yo mato por por 5000 en billetes pequeños y sin marcar, que no es cuestión de andar reventando el mercado. Eso si, garantizo resultados, que uno es un profesional...

miralarima: sin palabras me he quedao, tú.

Te contestaría en verso también, pero mi especialidad es la rima malsonante, y no la veo apropiada para estas fechas....

ender dijo...

BH, salgo este Sabado para Finlandia, si te interesa puedo ver si engaño a alguna de por alli y te la traigo (una vez más), aunque claro, tendrás que salir de tu cueva secreta.

Blanco Humano dijo...

Gracias, pero casi mejor lo dejamos estar, no nos vayamos a buscar un lio ambos...

Por cierto, Finlandia en invierno, que ocurrencia. Si creo que hasta Santa Klaus se pira al caribe en estas fechas...

ender dijo...

Eso es verdad, hasta Santa Claus se va por ahí. Lo que pasa es que ya había visitado el país en verano y ahora es cuando realmente comprendes el funcionamiento de las cosas allí.

Por lo menos allí en las casas tienen calefacción central, no sabes lo maravilloso que es. Ves instalando una en tu cueva, ya sabes, por lo del cambio climático.

Blanco Humano dijo...

Que gran invento la calefacción central. En los sitios es los que no hace frío no se pone para que te mueras de frío en invierno. Yo en la base secreta tengo un sistema estupendo de radiadores que cuando los pongo todos saltan los plomos...