miércoles, 28 de septiembre de 2011

Las peluquerías

Siempre que voy a cortarme el pelo lo pienso: un ser humano normal no está preparado para ir a la peluquería.

Estar más de media hora expuesto a la propia fealdad es algo que solo puede hacer alguien con una autoestima extrema como Belén Esteban (además ella se tiene que joder, que ya se ha visto que la estética no le funciona; al final va a ser que la cara que es el espejo del alma).

Al principio no pasa nada, pero en cuanto llevas un rato te empiezas a mirar y descubres defectos que no habías tenido tiempo de descubrirte antes. "Huy, yo creo que no tenía papada antes ¿no?. ¿Y esto que es, una pata de gallo? Lo mismo me tenía que poner alguna crema de vez en cuando..." Es como cuando te mueres y el señor de la puerta te enseña todo lo que has hecho mal en tu vida, pero en tu cara. 'Pues igual tenía que perder algún kilo parece que me estoy hinchando. Pero siete u ocho, nada más".

Entonces para no cabrearte tratas de mirar a otro lado y te encuentras con los pósters de esa gente que parece de plástico de perfectos que son y es todavía peor. Al cabo de un rato te estás preguntando "¿el chico ese de las mechas y yo seremos de la misma especie?" Porque está claro que todos venimos del mono, pero a él no se le nota.

Por fortuna yo no soy un ser humano normal, yo tengo una belleza que haría llorar de envidia a Apolo. Salgo bien en la foto de el DNI, no os digo más. Soy tan bello que mirarme mucho rato seguido puede producir Stendhal. A mi no, claro, porque estoy acostumbrado. Pero a la gente le pasa.

Lo que sucede es que yo soy muy humilde y verme expuesto a mi propia belleza me hace enrojecer. Por eso cuando voy a cortarme el pelo, mi modestia me hace pedir que me pongan delante un cartel electoral de Rajoy

-¿Está bien así?

-No sé, corta un poco más, que todavía parece que me falte algo de carisma...

Nota biográfica: de esta entrada tengo dos borradores escritos en visitas distintas a la peluquería y en teléfonos distintos*. Otro día que no tenga nada que colgar, busco la otra y la subo.


*Sí, yo escribo entradas en el teléfono. Es que si no, se me olvidan. No, que me parecía que no se entendía.

12 comentarios:

Patitiesa dijo...

¿Y qué te voy a decir, que "grandísimo", como siempre? ¿Que "hilarante"? Si ya lo sabes para qué molestarse, Guait Jiuman.
El abrazo te lo regalo, por adorable.

Blanco Humano dijo...

Eres un amor Pati, de verdad te lo digo. Moléstate siempre, que me encanta.

Barbijaputa dijo...

FAV+RT

#sigoenfadada

Roca dijo...

Tb estamos las del sector cegato, las peluqueras no tienen piedad, nos quitan las gafas dejandonos ciegas en un lugar desconocido y con aparatos y cables x tó los lados. Me encantaria poder decir q me horroriza lo q veo en el espejo xo lo cierto es q no veo nada, lo chungo es cuando se empeñan en ponerte el espejito x detras xa q te mires...

Patito dijo...

jajaja Que buena!!! Me acordaré de ti cuando esté frente al espejo para la difícil tarea de igualar mis rulos.

Carlos dijo...

Otra alternativa es cerrar los ojos, pero uffff tanto rato yo me duermo

JuanRa Diablo dijo...

Gracias por guardar tu anonimato tan celosamente. Sería muy frustrante que te viéramos la cara todos los monos que te seguimos.

Anónimo dijo...

Ayyyy menos mal que no te conozco en persona, me libro del Stendhal, qué guay ;)

Key Hunters dijo...

Mira, yo no tengo esos problemas; me quito las gafas y paso a ser un encantador borrón en el espejo :D

Blanco Humano dijo...

Barbijaputa: que bofetada tienes de vez en cuando, guapa. Bueno, ya te pego un achuchón en cuanto pueda a ver si se te pasa...

Roca: Ah, yo era de esos antes. Era graciosísimo lo del espejito. Y un suspense hasta que te ponías las gafas...

Palito: Bah, tú que me miras con buenos ojos. Una duda ¿te arreglas los rulos a ti misma o es que eres profesional del tema? Porque entonces puntúa doble que te haga gracia...

Carlos: Es el problema. Y tiene que ser muy triste que te despierte la peluquera porque estás roncando...

JuanRa Diablo: claro, si yo esto lo hago por vosotros :P

Aliena: También podrías decir que me conoces, que te haría molar por asociación, pero que se le va a hacer.

Key: A mí antes me pasaba. Pero era un estrés pensar qué me estarían haciendo. Siempre temí que me hicieran un destrozo y luego me dijeran 'ay, como no decías nada...'

Anónimo dijo...

jajajaja puntazo tras puntazo!

Blanco Humano dijo...

Gracias, guapa. Un besazo.